Itá Letra es un sitio ubicado en Tororô (compañía de Villarrica, a 18 km del centro de la ciudad), perteneciente al complejo sistema orográfico del Ybytyruzú. Se denomina así porque en los paredones existen pictografías (o también petroglifos) de arte precolombino.
Según las investigaciones realizadas en 2011 por los arqueólogos del Museo de Altamira (España), la más remota en uno de los interiores de Itá Letra data de más de 5000 años aC. siendo una de las más antiguas en toda América. Durante mucho tiempo existió el mito que sostenía que estas inscripciones fueron realizadas por vikingos (sobre todo basándose en los estudios de Jacques de Mahieu y del profesor Vicente Pistilli), sin embargo las investigaciones realizadas por los españoles echaron por la borda esas teorías.
Paraguay alberga la mayor cantidad de Arte Rupestre en el continente, empero, no se realizan exploraciones para hallar más testimonios de este periodo y que aún se encuentran escondidos en muchos otros paredones del Ybytyruzu, gracias a la protección de la espesura del bosque y su inaccesibilidad.
En los años 50, un austriaco llamado Michael Moosrainer había descubierto el sitio denominado Itá Letra, durante unas prospecciones y explotación mineral que estaba realizando en la zona de Tororô para la extracción de piedras que utilizarían en las veredas y calles de Villarrica. En uno de sus viajes fue acompañado por Don Erwin Kaatz, quien aparece junto a él en una emblemática fotografía sobre uno de los primeros descubrimientos arqueológicos en Paraguay. En el año 43 se había descubierto también otros indicativos de pictografías precolombinas en la zona norte de Concepción, cerca del Tagatiyá, siendo ese momento donde nace el conocimiento de la existencia del Arte Rupestre en Paraguay.
Al austriaco que encontró Itá Letra, en la ciudad de Villarrica se le decía Miguel Itá, porque era la castellanización de su nombre y se lo asociaba a las piedras con las que trabajaba. De ahí nació después el término en jopará "Itá Letra", para definir este sitio por ser "grabados en piedra", aunque irónicamente no contenga ninguna letra en las pictografías, pero es la manera más coloquial de decir que hay escrituras (o dibujos) en la piedra. En este sitio, el visitante podrá ver de cerca las inscripciones antiguas, recorrer el área circundante rodeada de frondosos árboles y buenísima sombra, permitiendo que al cerrar los ojos uno pueda remontarse e imaginarse cómo habrá sido la vida y aquellos momentos primitivos en el lugar.
¿Por qué este lugar ha sido elegido por los nativos de estas tieras? generalmente, en la mayoría de los sitios donde hay arte rupestre (Jasuka Venda, Gasory, Lorito Picada, Akua`í, Akua Guasu, Cerro Alambique, Cerro Kysé y otros), se cumple una constante que es la elección del paredón donde dejaban sus testimonios, siempre ubicados en lugares distantes y especiales, donde según ellos había mística y sobre todo la conformación de las piedras les daba protección contra el clima.
En el caso de Itá Letra ya han pasado casi 70 años, sin que se realicen profundas políticas de protección a estos verdaderos tesoros imperecederos que podrían ganar la categoría de Patrimonio Universal y representar al país en un nivel desconocido para el mundo científico exterior que es el de la arqueología paraguaya.
